Juan Paulo Gómez Hurtado dirige a la Banda Municipal

El Correo Gallego. Domingo, 12 de diciembre de 2016

RESEÑA MUSICAL DE RAMÓN G. BALADO

“Del pasodoble a la danza eslava”, es el título del programa previsto por la Banda Municipal en el Teatro Principal-12 h.-, esta vez dirigida por Juan Paulo Gómez Hurtado, quien además participa como autor del pasodoble Alfonso Martínez. Entre sus galardones, un Primer Premio de Concurso Internacional Liceo Dinu Lipati, de Bucarest (1998), otro del II Concurso de la O.F. Oltenia en Craiova (2000), una Mención de la 47 Edición del Internacional de Besanón, presidido por S.Comisiona y Premio Especial “De la Orquesta” en dirección de la O. Kisiniev (2011). Tuvo como maestros a Joerg Bierhance en Freiburg, a Salvador Mas, en el Wiener Meisterkurse für Musik, a López Cobos, en un curso de especialización en Alcalá, a G.Gelmetti en la Ac. Chigiana de Siena, y a Colin Metters en Zagreb. Entre las formaciones que dirigió, destacan: la O.F. Paul Constantinescu de Ploiesti, la O. del Estado de Vidin, la Camerata de Freiburg, la Berlin Kammerphilharmonie, la O.F. del Estado de Botosani o la Joven de la OSG y la Joven O. de la S. de Madrid. El propio Juan Paulo, es responsable del arreglo de las “Danzas de Galanta” de Zoltan Kodaly, dentro de este intercambio de culturas en la distancia aunque con aspectos en común. El encuentro del compositor con Bela Bartok, sería determinante en la evolución y planteamientos de ambos y serán estas “Danzas de Galanta” un vivo ejemplo, nacidas como un encargo para el 80 aniversario de la Sociedad Filarmónica de Budapest, conociendo su estreno un 23 de octubre de 1933, siendo en toda su extensión un reflejo de sus vivencias en esa localidad, en la que sobresalía la típica orquesta zíngara, de la que el compositor de Kecskemet, sabría aprovechar su herencia, tomando como préstamo lo que inmediatamente se conocerá como folklore imaginario. En la base y fundamento, el típico ritmo de los verbunkos, vitales y trasmisores de una ancestral nostalgia que los maestros de esa generación, supieron llevar a un grado sublime.

Joaquín Turina se escuchará por La Fiesta de “San Juan de Aznalfarache”, tercer tiempo de la “Sinfonía Sevillana Op. 23”, obra para orquesta de 1920, presentada en el Concurso de Composición Gran Casino de San Sebastián, con un jurado formado por Tomás Bretón, Ricardo Villa y Jesús Guridi. Ganó ese concurso en el que también recibieron premios Zamacois y Conrado del Campo. Para mayor gloria, la obra tuvo el beneficio de verse estrenada por la insigne Sinfónica Arbós. Con el movimiento que escucharemos, se incluyen “Panorama” y “Por el río del Guadalquivir”. Hay una transcripción para piano realizada por Turina. “La Fiesta de San Juan de Aznalfarache”, se inicia con un clima festivo y luminoso, cerrándose cíclicamente con un exaltado recuento de los temas característicos de los movimientos anteriores. La originalidad prevalece sobre cualquier consideración de tipo formal. Para Federico Sopeña, la obra resume y redime todo el maltrecho pasado español y de la gran forma sinfónica. Un Tchaikovski de lo más familiar por el “Capricho Italiano Op. 45”, que conocería su estreno con el mítico Nikolai Rubinstein, obra producto de unos carnavales en Roma a comienzos de 1880, para su estreno en Moscú. También el “Capricho Español” de Rimsky Korsakov, siempre con tal buen cartel y en el que el autor recurrió temas procedentes de una colección de J. Inzenga, Ecos de España. Colección de cantos y bailes populares.
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